Sumérgete en la trayectoria de Miel Joyería, un taller de orfebrería que ha estado en funcionamiento desde 1980.

En el pintoresco año de 1980, en Monterrey, Nuevo León, nació Miel Joyería como un pequeño taller de orfebrería, donde el maestro artesano Gilberto Puente forjaba piezas exclusivas para una selecta clientela. Este hábil orfebre se dedicó con esmero a la creación de joyas 100% artesanales, cautivando a los clientes más sofisticados de la región.

No fue sino hasta el año 2016 cuando Erick Puente, el hijo de Gilberto, sintió la necesidad de compartir con el público en general la exquisitez de las creaciones familiares. Decidió llevar el servicio que hasta entonces era privado y limitado a unos pocos a la apertura de la primera tienda de Miel Joyería en la Avenida Lázaro Cárdenas, al sur de Monterrey. En ese momento, el sueño comenzó a tomar forma: convertirse en la tienda especializada en joyería de matrimonio de la más alta calidad en México.

Miel Joyería se distingue por ofrecer una amplia gama de opciones en materiales, desde metales hasta gemas, con diseños únicos y la garantía de manufactura italiana. A pesar de su crecimiento y expansión, la empresa conserva su taller artesanal, brindando un respaldo incomparable a sus clientes.

En un hito significativo en el año 2020, Miel Joyería decidió trasladar su tienda a Plaza Fiesta San Agustín, el centro comercial más grande de San Pedro Garza García. Este cambio no solo representó un nuevo capítulo en la historia de la empresa, sino que también simbolizó la consolidación de su pasión en forma de una hermosa boutique.

Este espacio especializado recibe a parejas enamoradas que buscan joyas para reflejar y sellar su amor, convirtiéndose en el destino predilecto para quienes desean algo más que una simple joya: desean una pieza única que celebre la autenticidad de su unión.